Por Ana Regina González
Hace algunos años, yo era estudiante de Preparatoria del ITJ Campus Palomar. Los maestros nos habían preparado para el cambio de clases, horarios y experiencia al ingresar al décimo grado; sin embargo, no creo que exista suficientes tutorías que me podrían haber preparado para el verdadero conocimiento que adquirí durante esos 3 años. Más allá de lo académico, tuve la suerte de que la escuela ofreciera complementos a nuestra educación; nuestra formación fue más allá de los libros de texto, moldeando verdaderamente nuestro carácter. Enrre mis recuerdos destaco al Consejo de Estudiantes (Student Council); ahí vi cómo, a través de mi propio crecimiento personal, también creció este fantástico grupo. Se nos dio la libertad y la responsabilidad de planificar y preparar diferentes festividades a lo largo del año escolar; nos dio a los estudiantes la oportunidad de participar verdaderamente en el entorno en el que vivíamos de lunes a viernes.
No solo hicimos buenos amigos, sino que también interactuamos con los niños más allá de nuestro propio año escolar; creo que parte de la fuerza del Student Council provino de la diversidad de quienes participamos en él. Organizábamos eventos grandes y pequeños, a veces coordinando algo tan simple como un picnic y en otras, éramos las mentes y los corazones detrás de los desfiles y eventos de Halloween. Mostramos nuestro espíritu escolar a través de la acción y pudimos ver cómo nuestras habilidades de resolución de problemas se materializarían.
Las clases también influirían mucho en quién me convertiría eventualmente y esto fue reforzado por el fantástico equipo de maestros y asesores que tuvimos durante estos años formativos. A veces, como estudiantes, podemos sentir que cierta área o tema de conocimiento puede ser inútil en nuestras vidas; me alegra contradecirme y me sorprende la cantidad de lecciones, tanto académicas como de la vida, que me dieron una gran después de la preparatoria. Algo tan sencillo como aprender a utilizar programas de computadora, investigar la información de forma crítica, así como conocer el método científico y cómo implementarlo correctamente, fueron algunas de las cosas que en la Universidad me permitirían estar por delante de mis compañeros. Siempre estaré agradecido por cada tarea, cada asignación y cada reiteración que hicieron mis maestros; porque incluso si me quejé, como hacen los estudiantes jóvenes, sé que mis logros provienen de las grandes raíces que planté en ITJ.
No sería la persona, ni la estudiante y casi licenciada que soy hoy, si no fuera por las lecciones que obtuve en el ITJ. Mi mayor esperanza es que más niños tengan la oportunidad de experimentar el apoyo, la diversión, los desafíos y las amistades que construí en una escuela que me hizo sentir como en casa.