Loris Malaguzzi, fundador de la filosofía Reggio Emilia, dijo una vez: “Los niños tienen 100 lenguajes, pero les robamos 99.” Escribió el poema Los Cien Lenguajes de los Niños, en el que hablaba sobre todas las formas en que los niños se expresan: mediante dibujos, bailes, juegos y mucho más.Según Malaguzzi, los niños tienen cien maneras de pensar, de expresarse y de decir lo que quieren. Tomado como metáfora, podemos decir que tus hijos tienen innumerables formas de contarte lo que sienten, piensan o imaginan. Por eso es tan importante que valores todos estos lenguajes, ya que están estrechamente vinculados con la creatividad y la curiosidad, que a su vez fomentan su desarrollo.Cuando hablamos de creatividad, nos referimos a cualquier idea, acción u objeto que transforme algo que ya existe o lo convierta en algo nuevo. En otras palabras, la creatividad es algo que todos pueden desarrollar; no está limitada a quienes tienen talentos artísticos, porque es una forma fundamental de expresión humana. Así que presta mucha atención a lo que tus hijos intentan decirte cuando juegan, imitan, dibujan o te hablan.La creatividad no viene sola: va acompañada de la curiosidad, que es la fuerza que la impulsa.¿Has notado cómo tus hijos se quedan mirando ciertos objetos? Pensamientos como estos cruzan por su mente: ¿Qué pasará si presiono este botón? ¿Por qué hace ruido la licuadora? ¿Qué pasa si jalo el mantel?Cuando tus hijos comienzan a explorar el mundo que los rodea, quieren saber cómo funcionan las cosas, por qué tienen diferentes tamaños, qué ocurre si cambian las rutinas, y así sucesivamente. Esto es lo que llamamos curiosidad: el impulso de aprender, entender y resolver preguntas. Seguramente tus hijos comienzan a interesarse por casi todo, y todo el día escuchas: ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Las preguntas nos ayudan a iniciar conversaciones, aprender cómo piensan los demás y crear vínculos más cercanos.La curiosidad puede manifestarse de muchas maneras: puede ser mediante la exploración directa, como cuando tus hijos observan algo y quieren saber cómo funciona, para qué sirve o qué ocurre si se rompe. Pero también puede expresarse mediante preguntas. Así que, si tus hijos están en la etapa del “por qué”, típicamente entre los 3 y 4 años, recuerda que todo lo que buscan es comprender el mundo que los rodea e iniciar conversaciones contigo, su adulto de confianza.La curiosidad despierta la creatividad, pero a veces los niños no dan el siguiente paso hacia la creación. Atreverse a crear requiere mucho valor, por lo que queremos compartir algunas recomendaciones para ayudarte a fomentar su creatividad.