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Técnicas de disciplina positiva para niños de 3 a 5 años

15-10-2025

Ser disruptivo significa hacer las cosas de manera diferente, encontrar nuevas formas de ayudar a nuestros hijos a entender qué deben hacer, qué está bien o mal y cómo comportarse bien.

“Si no recoges tus juguetes, los voy a tirar.” “Si no te cepillas los dientes, no hay televisión.” “Si siguen peleando, voy a castigar a los dos.”

¿Te has encontrado alguna vez en una de estas situaciones? ¿Con qué frecuencia sucede? ¿Crees que podrías manejarlo de otra forma?

Como padres, es muy común decir frases como estas para lograr que nuestros hijos hagan lo que pedimos. Sin embargo, es más difícil seguir instrucciones cuando no entendemos por qué se dan o qué propósito tienen. En estos casos, lo que mejor funciona es ser disruptivo.

Ser disruptivo significa hacer las cosas de manera diferente, encontrar nuevas formas de ayudar a nuestros hijos a entender qué deben hacer, qué está bien o mal y cómo comportarse adecuadamente. En esencia, esto se relaciona estrechamente con la disciplina positiva en la crianza.

Para entender este concepto, primero hablemos de la positividad. ¿Alguna vez has conocido a alguien con una actitud positiva ante la vida? ¿Cómo es esa persona emocionalmente? ¿Cómo se relaciona con los demás? ¿Qué tipo de frases suele usar?

Cuando estamos cerca de personas positivas, su presencia por sí sola nos hace sentir bien. Nos referimos a quienes practican un pensamiento positivo realista: personas que saben que los malos momentos son temporales, que el fracaso es un obstáculo y no un punto final, que no generalizan, que se recuperan pronto de la adversidad y que tienen mejores relaciones con los demás. En cambio, las personas con una positividad extrema son aquellas que no evalúan los riesgos, asumen que todo saldrá bien sin actuar y muestran rigidez o poca responsabilidad ante las circunstancias.

Volviendo a la positividad en la crianza, significa reconocer y valorar lo que tus hijos logran, lo que les interesa y lo que impulsa su desarrollo óptimo.

En otras palabras, practicar este tipo de crianza implica ser para nuestros hijos respetuosos, alentadores, genuinamente interesados, amables y enfocados en desarrollar habilidades para la vida. El objetivo es que, a su edad, estas enseñanzas tengan un impacto a largo plazo, ayudándolos a convertirse en personas respetuosas, resolutivas y capaces de mantener relaciones sanas con los demás.

Si has decidido aplicar la disciplina positiva en tu crianza, considera estas técnicas:

  • Conecta antes de corregir. Todos nos sentimos mejor cuando sabemos que nos escuchan, validan y comprenden. Primero escucha, luego valida lo que tu hijo siente y, finalmente, ayúdalo a entender la situación.
  • Sé firme sin perder la amabilidad. Expresa lo que debe hacerse con palabras adecuadas. No tienes que elegir entre ser firme y ser amable.
  • Enfócate en las soluciones, no en las consecuencias. Los castigos suelen provocar emociones negativas. En su lugar, muestra que incluso en situaciones difíciles existen soluciones positivas; esto fomenta la responsabilidad y la resiliencia.
  • Déjalos tomar sus propias decisiones. Dales espacio para decidir. Puedes guiarlos hacia lo que consideres mejor para su desarrollo. Esto fortalece la confianza en sí mismos, algo esencial en esta etapa. Si toman una decisión equivocada, ayúdalos a asumir las consecuencias.
  • Educa con el ejemplo. Aprendemos más de lo que vemos que de lo que nos dicen. Lo mismo sucede con tus hijos: observan todo lo que haces y dices. Ayúdalos siendo un modelo a seguir. Recuerda: lo que haces tiene mucho más impacto que lo que dices.

 

La disciplina positiva ha demostrado ser eficaz porque anima a los padres a tratar a sus hijos con amor y respeto, sin perder la autoridad necesaria para guiarlos. Esto no significa que, si ya tratas a tus hijos con cariño, automáticamente estés aplicando este enfoque, ni que seguir otro estilo de crianza sea incorrecto.

Cuanto mejor informados estemos, mejores decisiones podremos tomar sobre el tipo de crianza que se alinea con nosotros como adultos responsables y que más beneficia a nuestros hijos. Ese es el camino que debemos seguir.

La educación que tus hijos reciben con nosotros se basa en la curiosidad, la colaboración y la resolución de problemas, fomentando la autoestima, la independencia, la creatividad y la autorregulación emocional desde edades tempranas, en colaboración con las familias.

En nuestro proceso de enseñanza-aprendizaje, nuestro objetivo es formar estudiantes seguros, felices y curiosos, preparados para las siguientes etapas de su vida y su educación. Todo esto sucede dentro de una comunidad que cultiva valores, empatía y una mentalidad global.

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