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Vínculos que transforman: Apego seguro en la primera infancia

23-09-2025

El tipo de relación que construimos con nuestros hijos es tan importante que va más allá de simplemente estar presentes físicamente.

¿Alguna vez has escuchado o dicho frases como… “Te lo dije”, “Siempre te digo que tengas cuidado”, “Ojalá tuviera más tiempo para mí” o “Sin mi hijo/a no sabría cómo vivir”?

Estas son frases que muchas mamás y papás han admitido usar con sus hijos. A veces, el poder de las palabras puede detonar emociones desagradables en quienes las escuchan. En general, este tipo de expresiones impactan directamente en cómo se sienten nuestros hijos: pueden disminuir su confianza en sí mismos o incluso afectar la confianza que tienen en nosotros para comunicarse abiertamente.

¿Cómo definirías la relación que tienes con tus hijos? ¿Saben expresar lo que necesitan? ¿Quién se encarga de atender esas necesidades?

Todos los seres humanos necesitamos comunicarnos. Desde pequeños, expresamos algunas de nuestras necesidades a través del llanto o la risa: así damos a entender que tenemos calor, hambre o estamos cansados. Comenzamos a formar vínculos emocionales con nuestras figuras de cuidado—generalmente mamá o papá—de quienes aprendemos cómo relacionarnos y sentir que contamos con una base segura, con adultos disponibles y dispuestos a estar ahí para nosotros. Pero, ¿qué pasa cuando ese vínculo no es seguro?

Respetar las necesidades de nuestros hijos es fundamental, ya que siempre dependerán de una persona adulta. Por eso, el tipo de relación que construimos con ellos va mucho más allá de solo estar presentes físicamente.

Atender las necesidades de amor, cuidado y protección forma parte del apego seguro, que como personas adultas responsables debemos construir. Esto les permitirá, conforme crecen, establecer relaciones más sanas, desarrollar independencia emocional, aprender a gestionar sus emociones, reconocer su espacio propio y enfrentar los retos de la vida de la mejor manera posible.

Construir vínculos sanos con nuestras hijas e hijos también significa enseñarles que estar juntos es motivo de alegría, mientras que separarse es parte natural de la vida. Crear este tipo de relaciones previene el apego ansioso, dependiente o poco saludable, y en su lugar fomenta la seguridad, la confianza y el bienestar emocional.

¿Cómo saber si tengo un apego seguro con mi hijo?

  • Estás presente y consciente en los momentos que compartes con él, sin dejar de ser tú mismo.
  • Lo acompañas y guías, honrando tu papel como persona adulta y respetando su etapa de desarrollo, sin querer adelantarla.
  • Sabes poner límites que lo protegen y al mismo tiempo promueven su seguridad e independencia.
  • Expresas tus emociones con palabras, muestras de afecto físico o gestos significativos.
  • Disfrutas su compañía, pero también valoras y cuidas tu propio tiempo.

Si respondiste “sí” a tres o más de estos puntos, vas por buen camino para construir un apego seguro con tus hijos. Si no fue así, considera las siguientes recomendaciones:

¿Cómo desarrollar un apego seguro?

  • Permíteles aprender poco a poco por sí mismos. Dales opciones, déjalos elegir y permitirles equivocarse sin miedo.
  • Valida sus emociones. Cuando notes que están tristes, enojados, felices o emocionados, acércate, nombra la emoción y comparte una historia en la que tú te hayas sentido igual. Esto les ayuda a entender que sentir es normal.
  • Obsérvalos. Nada se siente mejor que ser visto. Pon atención y diles que notas lo que hacen, lo que no hacen y lo que desean hacer.
  • Protégelos. Hazles sentir que estás disponible para ellos siempre que te necesiten.
  • Dales poder. Enséñales que son capaces de realizar distintas actividades, tareas o juegos—esto fortalece su confianza y autoestima.
  • Celebra sus logros. Reconoce incluso los más pequeños; esto les ayuda a sentirse orgullosos de sí mismos.

 

Recuerda

Una de las claves del apego seguro es mostrarles a tus hijos que pueden confiar en ti en todo lo que hacen. Esa sensación de seguridad les da la confianza para descubrir, crear y explorar.

Este tipo de apego puede construirse con cualquier persona adulta que conviva de manera cercana con ellos—no es exclusivo de mamá o papá. También puede desarrollarse en el colegio. Por eso, en nuestra comunidad educativa damos gran importancia a que los niños crezcan felices, seguros y bien preparados para el futuro, en un entorno que fortalece su autoestima y bienestar emocional, con las familias como aliadas en el proceso.

Con nosotros, tus hijos aprenden en un espacio seguro, donde la exploración libre y guiada apoya su desarrollo integral. Aprenden a través del juego, siguiendo reglas, conviviendo con otros, resolviendo problemas, expresando sus emociones, estimulando su curiosidad, desarrollando su creatividad y descubriendo el mundo juntos en un ambiente seguro, amoroso, divertido y saludable.

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